Éxito Noticias, 24 de junio 2024.- La Compañía de Jesús en Bolivia se encuentra bajo escrutinio luego de que se revelaran documentos internos que exponen décadas de encubrimiento sistemático de abusos sexuales cometidos por varios de sus miembros. La investigación, publicada por el periódico español El País, expuso una red de complicidad y omisión que abarca desde los años 80 hasta 2019.
Uno de los casos más relevantes involucra al sacerdote español Alfonso Pedrajas, conocido como “padre Pica”, quien admitió en un diario personal haber abusado sexualmente de al menos 85 niños en colegios jesuitas en América Latina.
Documentos revelados indican que altos cargos de la orden jesuita en Bolivia recibieron denuncias contra Pedrajas desde la década de 1980, pero optaron por trasladarlo en lugar de reportar los crímenes a las autoridades.
El diario español menciona a Osvaldo Chirveches, exalto cargo de los jesuitas en Bolivia, quien señaló que desconocía los actos cometidos por Pedrajas, sin embargo, según El País, documentos internos comprueban lo contrario.
“Chirveches mintió. Así lo demuestran documentos internos de la orden a los que este periódico (El País) ha tenido acceso y que señalan que desde los años 80 hasta 2019 la cúpula de poder de los jesuitas recibió denuncias contra Pedrajas y al menos otros dos religiosos por pederastia. (…) Esta información, en la que aparece como uno de los conocedores Chirveches, forman parte de Los manuscritos de Charagua”, se lee en la nota escrita por el periodista Julio Núñez.
Además de Pedrajas, los sacerdotes Lucho Roma y Luis Tó también están implicados en abusos sexuales. Lucho Roma abusó de cientos de niñas indígenas en Bolivia durante décadas, mientras que Luis Tó fue trasladado a Bolivia después de ser condenado por abusos en España en 1992, continuando su contacto con menores bajo la negación oficial de acceso a ellos.
Francisco Pifarré, otro jesuita español, admitió haber encubierto delitos de abuso en un interrogatorio, argumentando que en los años 80 estos crímenes se consideraban más como una falta a los votos religiosos que como delitos graves merecedores de acción penal. A pesar de esta confesión, la orden no inició una investigación formal ni abordó adecuadamente los nuevos casos descubiertos en 2019.
Las revelaciones llevaron a la Fiscalía a reabrir el caso contra Lucho Roma y a investigar el encubrimiento por parte de la Compañía de Jesús. Se han descubierto cartas internas y testimonios que confirman un encubrimiento institucionalizado, donde los líderes religiosos prefirieron silenciar los casos para evitar repercusiones legales y escándalos públicos.
El escándalo ha sacudido profundamente a la Compañía de Jesús en Bolivia y ha generado un llamado público a la rendición de cuentas y a una revisión interna de sus prácticas y políticas respecto a la protección de menores y la respuesta a denuncias de abuso.
