Éxito Noticias, 6 de agosto 2024.- En la Sesión de Honor celebrada en la Casa de la Libertad por los 199 años de independencia de Bolivia, el presidente Luis Arce delineó los planes y avances del gobierno para fortalecer la economía nacional y reducir la dependencia de productos extranjeros.
Arce subrayó que la meta principal de su administración es alcanzar la independencia económica, enfrentando los problemas estructurales que han afectado históricamente a la economía boliviana. En contraste con las políticas neoliberales que, en tiempos de crisis, optaron por ajustes y recortes, el presidente destacó el enfoque de su gobierno en la inversión productiva y la resolución de problemas económicos estructurales.
Una de las piedras angulares de esta estrategia es el desarrollo y expansión de varias industrias clave. La inversión en la industria del litio, el acero, el biodiésel, los biocombustibles y fertilizantes, así como en la química básica, farmacéutica y alimentaria, está configurando una nueva base económica para Bolivia.
Arce destacó que la creación de estas industrias no solo reducirá la dependencia de productos importados, sino que también generará empleo y aumentará los ingresos de las familias bolivianas.
Entre los logros recientes, se mencionó la inauguración en marzo de 2024 de la Planta de Biodiésel 1 en Santa Cruz. Esta planta, junto con la Planta de Biodiésel 2 en El Alto, prevista para finales de este año, y la Planta de Diésel Renovable HBO en Santa Cruz, se espera que sustituyan importaciones de diésel por un valor anual entre 400 y 450 millones de dólares.
Además, se prevé que el complejo siderúrgico del Mutún, con un avance físico del 92% hasta junio de 2024, comenzará a producir acero a partir de septiembre, ahorrando al país 200 millones de dólares anuales en importaciones.
Arce también destacó la implementación de 160 plantas industriales en diversos sectores, lo que permitirá una reducción de la dependencia de productos extranjeros en al menos 1.300 millones de dólares anuales. Sin embargo, el presidente también abordó los desafíos, como los bloqueos internos y el “boicot de algunos miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional”, que han afectado negativamente a la economía nacional. Esto resultó en un saldo negativo de 468 millones de dólares en la deuda externa hasta mayo de 2024, después de 16 años de saldos positivos.
El presidente Arce también hizo referencia a las dificultades globales que han impactado la economía boliviana. La pandemia, junto con tensiones geopolíticas en Europa del Este y la inestabilidad en Medio Oriente, ha llevado a una crisis inflacionaria mundial. Las elevadas tasas de interés, la desaceleración del Producto Interno Bruto global y las interrupciones en el comercio internacional han contribuido a un entorno económico desafiante.
Para 2024, se estima que el PIB mundial crecerá solo un 3,2%, una cifra inferior a los años anteriores y por debajo de la tendencia promedio pre-pandemia, según Arce.
A pesar de estos obstáculos, Arce reafirmó el compromiso de su gobierno con la construcción de una Bolivia con una base económica sólida y diversificada, capaz de enfrentar los desafíos globales y mejorar las condiciones de vida para su población.