Éxito Noticias, 28 de octubre 2025.- En La Paz, los hornos trabajan sin pausa ante la llegada de Todos Santos. Desde la madrugada, familias enteras elaboran las tradicionales t’antawawas, escaleras, bizcochuelos y maicillos que llenarán las mesas para recibir a las almas de sus seres queridos, según la creencia andina.
Para esta temporada, la Federación Departamental de Panificadores de La Paz y las 20 Provincias fijó el precio del horneado en 260 bolivianos por quintal y 65 por arroba, con el fin de evitar cobros excesivos. La Intendencia Municipal realiza controles para asegurar que los establecimientos exhiban la lista oficial de precios y cumplan con las normas de higiene.
“Los hornos deben contar con el carnet de manipulación de alimentos y mantener la limpieza. Recomendamos comprar solo en lugares autorizados”, señaló Nelson Quispe, analista técnico de Inocuidad Alimentaria.
Los operativos se despliegan en los macrodistritos Sur, Periférica, Max Paredes, Cotahuma y San Antonio, donde también se verifica que los precios se respeten.
Más allá de la producción y el control, la elaboración del pan en Todos Santos mantiene su esencia espiritual. Cada masita representa un gesto de cariño y memoria, un tributo que las familias ofrecen a quienes, según la tradición, “vuelven al hogar” cada 1 y 2 de noviembre.


