Éxito Noticias, 21 de junio 2025.- En la última década, la producción y el consumo de cocaínahan aumentado significativamente en todo el mundo. Estados Unidos y Brasilcontinúan siendo los principales mercados, pero el consumo también ha crecido de manera sostenida en Europa. Este auge se explica, en parte, por un factor clave: el exceso de oferta.
Daniel Brombacher, director del Observatorio Europeo sobre Crimen Organizado de la Global Initiative against Transnational Organized Crime, explica, en entrevista con DW, que el debate sobre la causa del auge de la cocaína divide a los expertos: “Unos dicen que el mercado está impulsado por la oferta; otros, por la demanda. La verdad está en algún punto intermedio”.
El punto de inflexión: el acuerdo de paz en Colombia
Según Brombacher, el crecimiento exponencial de la producción comenzó tras el acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. La regulación del cultivo de coca, antes controlado por ese grupo insurgente, se relajó, lo que abrió el mercado a una competencia más amplia. “Se produce más cocaína que nunca, con más actores en el negocio”, dice. Esto ha provocado un aumento en la cantidad incautada en Europa, mayor pureza, precios estables e incluso más bajos.
Durante la pandemia de COVID-19, el consumo de crack también aumentó notablemente en Alemania y otros países de Europa Occidental. Esta droga, hecha a partir de clorhidrato de cocaína y bicarbonato, tiene un efecto casi inmediato y altamente adictivo. “El crack ha sido uno de los principales impulsores del nuevo auge del consumo. Es cocaína fumable, y su uso sigue creciendo”, afirma Brombacher.
Cocaína más barata, pura y disponible
Actualmente, un gramo de cocaína cuesta en Alemania unos 60 euros. El acceso es más fácil, la calidad más alta y el precio más accesible que nunca antes en la historia reciente.
La cocaína se produce a partir de la planta de coca, que crece casi exclusivamente en Sudamérica. Colombia, Perú y Bolivia encabezan la producción global. De 2010 a 2021, la producción mundial pasó de 914 a 2.074 toneladas. En ese periodo, Colombia duplicó su producción de 329 a 972 toneladas; Perú pasó de 369 a 785; y Bolivia de 216 a 317.
En paralelo, las áreas de cultivo también aumentaron de forma drástica: Colombia pasó de 102.000 hectáreas en 2002 a más de 204.000 en 2021; Perú, de 46.700 a 80.900; y Bolivia, de 21.600 a 30.500. Solo el 10 por ciento de la coca producida se usa con fines legales; el 90 por ciento se destina al mercado ilícito.
En las regiones andinas, el uso tradicional de la hoja de coca es legal y culturalmente aceptado desde hace siglos. Se utiliza como infusión, para masticar contra el mal de altura o incluso como suplemento de calcio. Sin embargo, en países como Alemania, la planta está completamente prohibida por la Ley de Estupefacientes, que veta su cultivo, comercio y consumo.
Reivindicación cultural y mercados alternativos
“En Colombia, Perú y Bolivia ha habido muchos intentos por alejar a la planta de coca de su mala fama”, dice Brombacher. “En parte han tenido éxito. La desdemonización de la hoja de coca ha avanzado bastante en muchos lugares, pero todos los productos desarrollados nunca representaron una competencia seria para el mercado ilegal, ni tampoco para el mercado tradicional existente.”
Tradicionalmente, la planta de coca se ha utilizado desde hace milenios como té o como remedio para masticar contra el mal de altura. Antes de la conquista española de América Latina, también se usaba como fuente de calcio, ya que los animales que dan leche —como vacas, cabras y ovejas— fueron introducidos en la región andina por los españoles. Las hojas secas también pueden procesarse en una especie de harina. Además, la coca se utiliza para fines rituales y ofrendas.
“En los últimos años ha habido muchos intentos, sobre todo con motivaciones políticas, de darle otros usos a la coca. En Bolivia esto fue particularmente impulsado y dirigido desde la política. Surgieron entonces toda clase de productos a base de coca: bebidas, licores, pastas dentales. También hay iniciativas para producir tejidos artesanales muy bonitos y ropa elaborada con hojas de coca, incluso teñidas con los pigmentos de la planta.”
Incluso Coca-Cola contenía originalmente cocaína extraída de hojas de coca —unos 250 miligramos por litro— hasta el año 1906. Más tarde se prohibió el uso de cocaína en bebidas y medicamentos sin receta. Desde entonces, Coca-Cola solo utiliza extractos de hojas que ya no contienen alcaloides. La empresa tiene un permiso especial para importar y procesar hojas de coca provenientes de Perú y Bolivia, utilizadas en la elaboración de la bebida.
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