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    Se acerca una batalla entre cardenales para definir el liderazgo de la Iglesia católica tras la muerte del papa Francisco

    Éxito Noticias, 23 de abril 2025.– La muerte del papa Francisco da el disparo de salida a lo que muchos ven como una batalla por el alma de la Iglesia, que enfrenta a los que quieren continuar sus reformas progresistas contra un pequeño, pero poderoso grupo que quiere revertirlas.

    Francisco remodeló drásticamente el grupo de prelados que pronto votarán por su sucesor frente al fresco de Miguel Ángel de El juicio final, en la Capilla Sixtina.

    Solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto, y él eligió a la mayoría de ellos.

    Francisco, el primer pontífice del sur global, decidió eliminar el antiguo reglamento no escrito que convertía automáticamente en cardenales a los obispos de determinadas diócesis, la mayoría de ellas en Italia, Europa y Estados Unidos.

    En su lugar, Francisco trató de internacionalizar el Colegio Cardenalicio, dando solieos rojos a una serie de países que nunca antes habían estado representados por un cardenal, como Tonga, Myanmar, Mongolia, la República Centroafricana y Haití.

    Sus reformas hicieron que el organismo fuera más representativo de la comunidad católica mundial, mientras que los cardenales que seleccionó, en general, comparten su visión de la Iglesia. Todo ello hace más probable que los cardenales elijan a un papa que represente la continuidad con Francisco.

    Pero los cónclaves pueden deparar sorpresas y, a pesar de las reformas realizadas por Francisco, existe una pequeña, aunque decidida, minoría descontenta con el papado más reciente, que buscará la manera de cambiar el rumbo.

    Parte de la oposición está bien financiada y las maniobras previas al cónclave han durado varios años. Estos cardenales estaban preocupados por la apertura de Francisco a dar la comunión a parejas divorciadas y vueltas a casar, su bienvenida a los católicos LGBTQ+ y sus fuertes críticas a lo que describió como católicos “retrógrados” que querían llevar a la Iglesia a un camino diferente.

    Sus críticas a la desigualdad económica y su atención a los derechos de los inmigrantes y a la crisis climática chocaron con los católicos que querían un papa que dictara la ley sobre las enseñanzas morales.

    Durante su estancia en el hospital, el papa dio el visto bueno a un proceso de reforma de tres años, que incluye la concesión de un mayor papel a las mujeres en la Iglesia católica, incluida su ordenación diaconal, y una mayor inclusión de los laicos en el Gobierno y la toma de decisiones.

    Las reformas han sido examinadas a través de una estructura denominada Sínodo de los Obispos, que ha sido el principal vehículo a través del cual el papa ha aplicado su agenda pastoral durante su papado. En los últimos años ha intentado implicar a católicos de todo el mundo en el proceso de renovación.

    La gran pregunta es cómo continuará el próximo papa este proceso, que está previsto que se prolongue hasta 2028.

    El papa Francisco nombró a la mayoría de los cardenales que elegirán a su sucesor

    De los 252 cardenales en todo el mundo, 135 tienen menos de 80 años y, por lo tanto, son elegibles para votar por el próximo papa. Con un total de 17, Italia es el país con más cardenales electores.

    Distribución geográfica de los electores en el Colegio Cardenalicio.

    Es probable que el debate se intensifique tras el funeral del papa Francisco el sábado, cuando la atención se centre en el próximo cónclave, cuya fecha de inicio aún no se ha confirmado.

    Un grupo al que hay que seguir de cerca son los cardenales mayores de 80 años que, aunque no pueden votar, pueden desempeñar un papel importante en las vitales reuniones previas al cónclave y en los debates informales que tienen lugar en las trattorias romanas o en los apartamentos de los cardenales.

    Una parte de estos cardenales no fueron nombrados por Francisco, y algunos se han opuesto a la dirección en la que el primer papa latinoamericano ha intentado llevar a la Iglesia.

    El cardenal Blase Cupich durante un servicio de oración interreligioso en el tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, en la catedral del Santo Nombre de Chicago, el 24 de febrero.

    El cardenal Blase Cupich durante un servicio de oración interreligioso en el tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, en la catedral del Santo Nombre de Chicago, el 24 de febrero. Vincent Alban/Reuters

    El cardenal Oswald Gracias llega al Vaticano para un evento en octubre de 2018.

    El cardenal Oswald Gracias llega al Vaticano para un evento en octubre de 2018. Max Rossi/Reuters

    El cardenal Blase Cupich, de Chicago, y el cardenal Oswald Gracias, arzobispo emérito de Bombay, podrían ejercer este papel de “hacedor de reyes”, al igual que el cardenal Christophe Pierre, antiguo embajador papal en Estados Unidos, o el cardenal Arthur Roche, funcionario vaticano británico. También está el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, de gran experiencia, políglota y que apoyará a un candidato acorde con las prioridades pastorales de Francisco.

    El cardenal Marc Ouellet, prelado canadiense que durante años dirigió la oficina vaticana para el nombramiento de obispos, es también una figura que podría influir en el proceso, al igual que el cardenal ghanés Peter Turkson, quien dirige la Academia Pontificia de Ciencias, y el cardenal Timothy Dolan, de Nueva York. Algunas de las voces más críticas proceden de entre cardenales retirados como Joseph Zen, de Hong Kong, que ha criticado duramente a Francisco y el acercamiento diplomático del Vaticano a China.

    También hay un número considerable de cardenales que pueden desear seguir las reformas de Francisco, pero hacerlo con un papa que sea más predecible.

    La única Iglesia católica en Gaza reflexiona sobre su especial vínculo con el papa Francisco

    Oposición abierta a las reformas

    Durante el pontificado de Francisco, un grupo de cardenales dio el inusual paso de desafiar públicamente al papa por su decisión de permitir la comunión a los católicos divorciados y vueltos a casar, mientras que, en dos ocasiones, se publicaron memorandos anónimos de cardenales anónimos criticando duramente a Francisco.

    El primero se publicó bajo el seudónimo “Demos” y más tarde se supo que ha había sido escrito por el cardenal australiano George Pell, a quien Francisco había nombrado tesorero del Vaticano. El segundo, “Demos II”, acusaba al difunto papa de gobernar con un estilo autocrático y decía que el próximo pontífice debía trabajar por la “recuperación y el restablecimiento de las verdades que se han ido oscureciendo o perdiendo lentamente entre muchos cristianos”.

    El próximo cónclave se celebrará bajo la luz de las redes sociales y los cardenales tendrán que asegurarse de que investigan bien a los candidatos. Un historiador de la Iglesia ha escrito sobre la posible “catástrofe que supondría que un papa recién elegido se viera obligado a dimitir en un escenario imaginario en el que las acusaciones de no haber tratado una denuncia por abusos sexuales aparecieran de repente en Internet. Esta elección papal tiene lugar en una atmósfera en la que una acusación, si se confirma, podría torpedear rápidamente una candidatura.

    Además, hay muchas fuerzas en la Iglesia que tratan de influir en el voto, muchas de ellas bien financiadas, organizadas y con vínculos con Estados Unidos. En diciembre de 2024, se lanzó una página web llamada The College of Cardinals Report (Informe del Colegio Cardenalicio) en la que se desglosa la postura de los cardenales sobre la bendición de parejas del mismo sexo, la ordenación de mujeres diáconos y los “acuerdos secretos Vaticano-China”. El sitio proviene de grupos que se oponen profundamente al pontificado de Francisco.

    Y seis años antes, salió a la luz que un grupo en Estados Unidos estaba buscando más de US$ 1 millón para compilar dosieres sobre los candidatos en un intento de evitar que se repitiera el cónclave que eligió a Francisco. Cuando los miembros de este grupo, The Red Hat Report, presentaron su proyecto, lo retrataron como un intento de mejorar la gobernanza y la rendición de cuentas dentro de la Iglesia y dijeron que “puede que no hubiéramos tenido al papa Francisco” si hubiera existido entonces.

    Durante varios años antes de la muerte del papa, los opositores a su papado habían estado discutiendo cómo influir en el próximo cónclave. En 2020 se publicaron dos libros, ambos titulados El próximo papa, ambos de autores conocidos por ser críticos con Francisco. Uno de ellos incluso fue distribuido entre sus pares por Dolan, el cardenal estadounidense, a pesar de las leyes eclesiásticas que dicen que los prelados no deben discutir públicamente sobre posibles candidatos papales.

    El papa Francisco se reúne con niños en la Escuela Secundaria Técnica de Cáritas en Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, el 7 de septiembre.

    El papa Francisco se reúne con niños en la Escuela Secundaria Técnica de Cáritas en Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, el 7 de septiembre. Vatican Media/Abaca Press/Sipa USA via AP

    Una fuerza impulsora detrás de algunas de las maniobras previas al cónclave fue Pell, que tenía una formidable red de contactos y era políticamente hábil: el prelado australiano supuestamente había impulsado al cardenal conservador húngaro Péter Erdő como candidato papal.

    Tras ser anulada su condena por abusos sexuales a menores por el Tribunal Superior de Australia, Pell regresó a Roma y asumió un papel activo en la preparación del siguiente cónclave. Sin embargo, la muerte de Pell en enero de 2023, a los 81 años, dejó a la oposición a Francisco sin un líder obvio.

    Líneas divisorias

    Cuando los cardenales decidan quién debe ser elegido papa, se tendrán en cuenta diversos factores. Una posible línea divisoria podría surgir en torno a la decisión del papa de permitir las bendiciones a personas del mismo sexo, ya que varios obispos de África y Europa del Este se oponen firmemente a esta medida. ¿Votarían los cardenales africanos y de Europa del Este en bloque a favor de un candidato que simpatice con sus puntos de vista sobre este tema?

    La elección por parte de Francisco de cardenales de muy distintas partes del mundo significa que algunos de los papables electores no se conocen muy bien entre sí. Algunos tampoco hablan italiano, la lengua de trabajo del Vaticano (aunque el inglés y el español se utilizan mucho). Esto daría ventaja a cualquier candidato que haya podido conocer bien a los cardenales y tenga un papel convocándolos o dirigiéndolos durante el periodo precónclave.

    En 2005, la dirección de las reuniones previas al cónclave por parte del cardenal Joseph Ratzinger, sus habilidades lingüísticas y la homilía que predicó en una misa previa a la votación desempeñaron un papel clave en su elección como papa Benedicto XVI.

    Tras el papado de Francisco, repleto de acción, puede que haya otros cardenales que, aunque apoyen al difunto papa, quieran a alguien que sea menos noticiero y perturbador. Podrían optar por alguien discreto.

    No obstante, parece probable que los católicos de todo el mundo esperen que quienquiera que sea elegido papa continúe con las grandes reformas que Francisco inició, y que intente seguir “institucionalizando” los cambios que pidió para la Iglesia católica.

    Pero no hay que descartar la determinación de aquellos que buscan cualquier forma de frenar el proyecto de Francisco.

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