Éxito Noticias, 21 de julio 2025.- Lo que parecía una obra de mantenimiento menor en la avenida Costanera, a la altura de la calle 16 de Obrajes, se transformó en una intervención de emergencia de gran escala. El alcalde Iván Arias reveló este lunes que durante los trabajos de asfaltado en el carril de bajada se identificó un serio daño estructural en los muros de contención de la zona de Següencoma.
“La idea era simple: captar las aguas, compactar el piso y ponerle asfalto. ¿Qué descubrimos? Una tragedia. Los pilotes están corroídos, los muros abiertos. Mira, entra una mano. Esto cualquier rato se cae”, denunció Arias durante una inspección, visiblemente preocupado por la magnitud del hallazgo.
Patología oculta
El secretario municipal de Infraestructura Pública, Guilherme Tortato, explicó que la intervención comenzó tras detectar una “patología de oleaje” en el asfalto. Estudios previos demostraron que el terreno estaba constantemente saturado por filtraciones de aguas sanitarias provenientes de conexiones clandestinas en la plataforma superior de la avenida de la Policía.
“Lo que solo debía ser agua pluvial está mezclado con aguas servidas, lo que genera un deterioro químico acelerado del hormigón. Estas aguas llegan hasta los muros de contención de la Costanera, los mismos que estabilizan este sector del cerro”, detalló Tortato.

El equipo técnico identificó que las vigas de arriostre —estructuras clave que transmiten esfuerzos entre pilotes— estaban fracturadas y con sus aceros completamente expuestos, lo que anuló su capacidad estructural. “Imagínese una pierna rota con el hueso al aire. Así están esas vigas. No sirven para nada”, comparó el secretario.
Además, una parte del muro de contención, al perder su vínculo con los pilotes, se ha convertido en una estructura “volando”, es decir, completamente suelta. “Ese paño ya no está conectado a su base. Es un riesgo enorme”, alertó.
La intervención
Frente a este escenario, la Alcaldía decidió demoler toda la estructura comprometida y reconstruirla desde las fundaciones. Se levantarán nuevamente las vigas de arriostre, se instalarán nuevos pilotes y se canalizarán adecuadamente las aguas residuales que bajan desde las viviendas.
“El trabajo ahora es una reconstrucción estructural completa de la estabilización del sector. No solo se trata de cambiar asfalto, hay que rehacer el paquete estructural de un metro y medio de profundidad. Superará los 3 millones de bolivianos y tomará al menos cuatro meses”, adelantó Tortato.

El tránsito por el carril de bajada de la Costanera continuará cerrado durante agosto, septiembre, octubre y noviembre, mientras se ejecutan las obras.
El error del pasado
La Alcaldía presume que en 2017 o 2018 ya se produjo un evento geodinámico severo que comprometió la estabilidad del terreno. Sin embargo, en ese momento solo se ejecutó un fresado y recapeo superficial del asfalto, sin investigar ni intervenir en la estructura profunda.
“Hasta la fecha nadie entendió la magnitud del problema. Ahora sabemos que ese evento fracturó las fundaciones. Si no lo solucionamos, el riesgo de deslizamiento en la próxima temporada de lluvias es real”, advirtió Tortato.

150 viviendas en riesgo
Arias alertó que 150 viviendas están conectadas al sector comprometido. “Si no hacemos este trabajo, esto va a ceder, va a afectar a la bóveda pluvial. Si se tapa, será una inundación. Y si hay un movimiento, esas casas pueden desplomarse”, sostuvo el Alcalde.
Ya se han canalizado las aguas servidas de seis viviendas, y se pide a los demás propietarios colaborar en la reconducción adecuada de sus desechos sanitarios para evitar mayores daños.