Éxito Noticias, 6 de diciembre 2025.- El aire frío de la tarde se cuela por los pasillos de la Terminal de Buses de La Paz, pero adentro, entre luces cálidas y decoraciones navideñas improvisadas, empieza a levantarse un refugio.
Personal municipal, voluntarios y estudiantes trabajan a contrarreloj para recibir a las primeras personas migrantes que, desde hoy, llegarán del interior del país en busca de un techo seguro mientras se instalan en la ciudad.
La directora de la Entidad Descentralizada Municipal Terminal de Buses La Paz, Iveliz Asturizaga, supervisa los últimos detalles. “Ya hemos alistado todo el espacio. Queremos brindar no solamente un cobijo, sino también alimentos durante 70 días: desayuno, cena y un ambiente digno”, explica mientras observa cómo se acomodan colchonetas, mesas y un pequeño rincón lúdico para los niños.
La temática navideña no es casual: la intención es que quienes lleguen encuentren calor humano, algo que atenúe la dureza del viaje.
A un lado del salón, un grupo de jóvenes del Voluntariado Univalle espera con termos de chocolate caliente y bandejas de bizcochos. Otros organizan cajas de regalo decoradas con mensajes navideños y llenas de dulces y galletas para los más pequeños.
“Somos de gastronomía y diseño gráfico”, cuenta Daniela Villalpando, docente y voluntaria. “Gastronomía preparó el chocolate y las masitas, y diseño creó las cajas. Hemos traído entre 150 y 200 raciones, y unas 180 cajas. Venimos con todo el espíritu de voluntariado”, afirma.
El albergue recibirá entre cinco y 20 personas por día en esta primera etapa. “Esperamos que las primeras lleguen hasta las nueve de la noche”, explica Asturizaga. El horario de ingreso será de 18:00 a 21:00, y la salida al día siguiente entre 06:00 y 09:00, para que puedan iniciar su jornada laboral.
La directora recuerda una recomendación del Alcalde: “Por favor, no se queden en la avenida Perú. No se expongan innecesariamente. Y quienes quieran donar, que vengan a la Terminal. Tenemos un libro de registro para garantizar transparencia”.
A este esfuerzo se sumaron cinco instituciones: además de Univalle, están Unifranz, La Light, Remar y la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, que hoy entregará 400 platos de comida para personas en situación de vulnerabilidad.
Aun así, la necesidad es grande: se deben asegurar 140 raciones diarias para un promedio de 150 personas en los días de mayor afluencia.
Entre cajas, mantas y voces jóvenes que se apresuran, el espacio empieza a transformarse. Se instalan juegos, libros y pequeños materiales didácticos para que niñas y niños encuentren algo de normalidad en medio del tránsito.
“Estamos invitando a estudiantes de pedagogía y psicopedagogía para que apoyen con juegos y dinámicas. Queremos un ambiente amable, digno”, añade Asturizaga.
En medio del trajín, el aroma del chocolate recién servido vuelve cálido el ambiente. Los voluntarios acomodan las últimas cajas navideñas en una mesa larga.
Afuera, la noche empieza a bajar, pero adentro, el albergue temporal se convierte poco a poco en un puerto seguro para quienes llegan con maletas, sueños y cansancio.
Hoy, las puertas se abren. Y con ellas, la promesa de que en La Paz, al menos por unos días, nadie tendrá que dormir a la intemperie.
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