Éxito Noticias, 15 de octubre 2025.- El gobierno de China acaba de dar un paso decisivo en su estrategia para controlar la desinformación digital. Desde octubre de 2025, los influencers y creadores de contenido que aborden temas como medicina, derecho, educación o finanzas deberán acreditar formación académica o certificaciones oficiales en esas áreas. La medida, impulsada por la Administración del Ciberespacio de China (CAC), redefine los límites entre la divulgación digital y la comunicación profesional.
Una nueva frontera entre información y conocimiento
La norma establece que solo quienes estén afiliados a instituciones médicas, educativas o de investigación podrán publicar contenidos considerados “profesionales o especializados”. Las plataformas —como Weibo, Douyin (TikTok en su versión china) o Bilibili— deberán verificar la autenticidad de las credenciales, prohibiendo que las cuentas nuevas publiquen sin certificarse y otorgando dos meses de plazo para que los usuarios existentes completen el proceso.
El objetivo, según la CAC, es “proteger al público de información falsa o engañosa” en un ecosistema donde los consejos financieros, médicos o jurídicos se multiplicaron en formato de video corto y transmisiones en vivo. En los últimos años, China ha enfrentado un aumento de rumores virales sobre salud, economía y política, amplificados por algoritmos que premian la viralidad antes que la precisión.
Transparencia, fuentes y responsabilidad
El nuevo reglamento también exige que los contenidos educativos o científicos citen fuentes verificables y especifiquen si incluyen material generado por inteligencia artificial o dramatizaciones. Las plataformas deberán advertir a los usuarios sobre su responsabilidad legal y científica en la difusión de datos, estableciendo una suerte de “contrato digital” entre creadores y audiencia.
De esta manera, el Estado chino no solo busca limitar la desinformación, sino también institucionalizar la figura del divulgador digital, integrándolo a su sistema de control y credibilidad pública.
Fin de la publicidad encubierta y los falsos expertos
La CAC prohibió toda forma de publicidad relacionada con productos o servicios médicos, incluyendo suplementos, alimentos saludables o consultas en línea. También se ordena eliminar perfiles que suplanten la identidad de profesionales, o que utilicen un formato educativo para promover productos. La medida apunta a desarticular una práctica extendida: el contenido “híbrido” que mezcla entretenimiento con marketing encubierto.
Los algoritmos de las plataformas deberán identificar y bloquear contenidos sexualizados disfrazados de educación, un fenómeno en expansión que el gobierno considera contrario a la “moral pública” y al “orden informativo”.
Educación y reputación digital
Más allá del control político, la iniciativa plantea un debate global sobre la responsabilidad educativa en la era de los creadores. Con esta medida, China se convierte en el primer país que formaliza una equivalencia entre formación académica y derecho a informar en redes sociales.
Para los analistas tecnológicos, la medida puede anticipar un nuevo paradigma: el pasaje del influencer espontáneo al experto certificado, un modelo que podría replicarse —con matices— en otros países preocupados por la desinformación científica y sanitaria.
En un contexto donde la inteligencia artificial genera contenidos indistinguibles de los humanos y las redes sociales moldean percepciones a escala masiva, China propone una fórmula radical: reemplazar la libertad de expresión digital por una suerte de “mérito académico online”.
El experimento recién comienza, pero su alcance global podría transformar no solo las redes, sino la manera en que el mundo define la credibilidad en la era digital.
/Economis