Éxito Noticias, 28 de febrero 2025.- El presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO), Ángel Arancibia, afirmó que la preocupación de los orureños no se centra en la presencia de artistas o personajes bolivianos en festividades extranjeras, sino en la falta de reconocimiento de la verdadera cuna de las danzas.
“El orureño es celoso de su carnaval. Hay un plagio descarado no del Perú, sino de Puno, exactamente es Puno. Se han inventado una serie de cosas para decir que las especialidades de la danza les pertenecen a ellos y somos nosotros los bolivianos quienes plagiamos”, declaró Arancibia en contacto con radio Éxito.
En ese sentido, enfatizó que no es un problema que las personas asistan a festividades en otros países, pero sí es fundamental que se reconozca el origen boliviano de las danzas que forman parte del Carnaval de Oruro, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El debate resurgió a raíz de la presencia del influencer boliviano Alejandro Pinedo en la Fiesta de la Virgen de la Candelaria en Puno, donde expresó su admiración por la festividad sin hacer referencia a la procedencia boliviana de varias danzas presentadas. Esto fue interpretado por sectores orureños como una falta de respaldo a la defensa del patrimonio cultural boliviano.
Ante esta situación, el Comité Cívico y el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) de Oruro lo declararon “persona no grata” y solicitaron a instituciones públicas y privadas cortar cualquier tipo de vínculo con el influencer.
Arancibia, sin embargo, recalcó que la prioridad de la ACFO sigue siendo la organización del Carnaval de Oruro y que estos conflictos no deben ser una distracción para el desarrollo de la festividad. “Nos estamos centrando en la organización del carnaval sin ningún tipo de distracción”, afirmó.
El Carnaval de Oruro es considerado una de las manifestaciones culturales más importantes de Bolivia y es reconocido internacionalmente por su riqueza simbólica y su fusión de tradiciones indígenas y católicas. En los últimos años, autoridades culturales y folkloristas bolivianos han denunciado en reiteradas ocasiones la apropiación de sus danzas en festivales de países vecinos, generando un llamado a la defensa activa del patrimonio cultural del país.